19 junio, 2009

Testimonios desde Teherán (16 y 17 de Junio de 2009).

A. me manda por correo estos testimonios recogidos en The Independent. Gracias A.


Teherán, 16 de junio. El destino de Irán yacía esta noche en una maltrecha carretera de cruce al norte de Teherán llamada plaza Vanak donde, después de días de violencia, simpatizantes del presidente Mahmud Ahmadinejad se enfrentaron, al fin, con iraníes furiosos y vociferantes que han decidido que Mirhosein Musavi debe ser presidente de su país. De manera increíble –y yo soy testigo pues estaba entre ellos– unos 400 miembros de las fuerzas especiales iraníes mantenían separados a estos dos ejércitos. Había piedras y gas lacrimógeno, pero por primera vez desde el comienzo de esta crisis épica, los uniformados se comprometieron a proteger a ambos bandos.

"“Por favor, por favor, mantenga alejados de nosotros a los basijis”", suplicó una señora de mediana edad a un oficial de las fuerzas especiales que llevaba un chaleco antibalas y casco, al tiempo que aparecieron miembros de la milicia de la república islámica, con su aspecto de matones; con sus pantalones de camuflaje y sus camisas de un blanco puro, a pocos metros de distancia. El policía le sonrió a la mujer. "“Lo haremos, con la ayuda de Dios”". Otros dos uniformados fueron levantados en hombros por la multitud. “Tashakor, tashakor” ("“Gracias, gracias”"), rugió la gente.
Esto fue fenomenal. Las fuerzas armadas especiales de la república islámica, es decir, quienes siempre han sido aliados de los basijis, por primera vez estaban preparados para proteger a los iraníes; no a los guaruras de Ahmadinejad. El precedente de esta súbita neutralidad es conocido por todos: fue cuando el ejército del sha se negó a disparar contra millones de manifestantes que exigían su derrocamiento en 1979.

Una seguidora de Musaví profiere proclamas en las manifestaciones callejeras.FRANCE PRESS - 2009-06-16.

Sin embargo, ésta no es una revolución para derrocar a la república islámica. Ambos grupos de manifestantes gritaban “Allahu Akbar” ("“Dios es grande”") en la plaza Vanak esta noche. Pero si las fuerzas de seguridad iraquíes ahora optan por la moderación, entonces Ahmadinejad realmente está en problemas.

Al tiempo que el atardecer lleno de humos cayó sobre las calles del norte de Teherán, las multitudes ganaron ímpetu. Escuché a un oficial basiji barbado exhortar a sus hombres a atacar a los cerca de 10 mil hombres y mujeres que simpatizan con Musavi, del otro lado del cerco policial. "“Debemos defender nuestro país ahora, como lo hicimos en la guerra Irán-Irak”", gritó por encima del rugir de la aglomeración. Pero un simpatizante de Ahmadinejad intentó calmarlo y le respondió: "“Todos somos ciudadanos. No causemos una tragedia. Debemos mantenernos unidos”".

Quinta jorna de protestas. Desde que se iniciaron las protestas el Gobierno iraní anuló el servicio de mensajería por 'sms'. Una mujer, con el rostro semicubierto y una insignia que alude al proceso electoral ("¿Dónde está mi voto?"), protesta durante la quinta jornada de revuelta en Teherán. REUTERS - 2009-06-16.

Claramente, la decisión del líder supremo ayatola Ali Jamanei de ordenar al Consejo de Guardianes hacer un recuento de los votos de las elecciones del pasado viernes no logró despejar las sospechas e indignación de la oposición reformista iraní.

Al principio parecía que el consejo examinaría el resultado electoral en sólo unos distritos. Luego se dijo a los iraníes que podría tomar hasta 10 días conocer el dictamen. También pudo haber influido que Ahmadinejad voló a Ekaterinburgo para asistir a la cumbre de Shanghai con el objeto de aburrir a delegados en la conferencia con sus discursos en vez de al pueblo iraní, al cual él cree representar. Pero esta noche, en la plaza Vanak, esto no significaba nada.

Policías vestidos de civil –quienes tal vez se dieron cuenta de la grave situación que provocó su obediencia a los simpatizantes de Ahmadinejad– convencieron a hombres de mediana edad de ambos bandos a reunirse en el centro de la estrecha plaza, en la tierra de nadie de Vanak. El partidario de Musavi, de camisa café, agarró de los brazos al barbado policía iraní del lado de Ahmadinejad. “No podemos permitir que esto suceda “, dijo. Después intentó, como hace todo musulmán que quiere dejar patente su disposición a ofrecer su confianza y amistad, besó la mejilla de su oponente. El hombre barbado lo alejó de un empujón y lo insultó a gritos.

Las dos filas de policías estaban ahora hombro con hombro. Tomándose del brazo del de junto como si fueran eslabones, formaron una cadena para mantener separadas a ambas turbas y miraban a sus camaradas del otro lado cada vez más preocupación. Un iraní-estadunidense que estaba a unos metros de mí me gritó en inglés: "“Tenemos que probarles que ya no nos pueden hacer esto. No nos gobiernan. Necesitamos un nuevo presidente. O se salen ellos con la suya, o lo conseguimos nosotros”".

Era atemorizante, la absoluta convicción de estos hombres, su total negativa a cualquier negociación, un lado exigía obediencia a las palabras del ayatola Jomeini, a los fantasmas de la guerra Irán-Irak, de 1980 a 1988. El otro bando, envalentonado tras haber reunido a un millón de personas en su marcha del lunes, exigía libertades, sin renunciar a una república islámica; pero libertades que nunca han tenido.

Quizá ahora tengan de su lado a la policía; si es que el ejemplo de anoche es significativo, o el apoyo de algún oficial de alto rango, y quizás los mismos policías, sorprendidos por su conducta de los últimos cuatro días, decidieron que las fuerzas especiales ya no cargarían con la reputación ganada por los temibles matones irreductiblemente leales a Ahmadinejad.

La marea verde llega al fútbol.La protesta tras las elecciones presidenciales en Irán llegó a miles de kilómetros del país. Varios jugadores de la selección iraní de fútbol portaron muñequeras verdes en apoyo al líder opositor Mir Hosein Musaví durante el partido jugado en Seúl ante el combinado surcoreano. En la imagen, Mohamed Ali Karimi (dorsal 8), mira a su compañero Nosrati, que pugna ante el surcoreano Lee Chung-yong.AP - 2009-06-16.

Apenas horas antes, siete hombres fueron asesinados por los basijis al finalizar la marcha del lunes, y fueron sepultados secretamente en el Cementerio Policial 257; un gran cementerio cercano al mausoleo de Jomeini, donde el fundador de la revolución islámica yace bajo una mezquita de cúpulas doradas y mosaicos azules. Semejantes honores no se dispensaron a las siete víctimas de los basijis. Simplemente se les sepultó bajo una capa de tierra. Sin lápidas sobre sus tumbas, sin que se notificara a sus familiares de la suerte que corrieron.

Sin embargo, los diarios pro gubernamentales de Teherán reportaron sus muertes y uno dedicó su primera plana a la furiosa condena que hizo el rector de la Universidad de Teherán de la intrusión de los basijis en el campus la noche del domingo, cuando las fuerzas de seguridad asesinaron a los siete jóvenes, hirieron a varios más, además de destruir y saquear los dormitorios universitarios.

El rector Farhad Rabar dijo que querellará ante las cortes contra los asesinos y agregó que "“la invasión de la Universidad de Teherán, que es el símbolo de la educación superior, ha provocado en mí una marejada de dolor y furia”".

¿Es demasiado tarde para poner fin a esta violencia fratricida? Para cada bando, la integridad de su causa se está volviendo fuerza más poderosa que cualquier diálogo racional. La libertad que han probado ya los simpatizantes de Musavi –poder ignorar y despreciar a la autocracia clerical que tanto los ha humillado– es ahora algo tan embriagador que están enfrentando en las calles a sus enemigos políticos con una extraña, atemorizante, pero genuina presencia de ánimo.

Primera víctima mortal. Dos hombres atienden a un hombre herido durante los disturbios. AP - 2009-06-16.

En cierto momento de la noche, hombres y mujeres que llevaban los listones verdes que los identificaban como partidarios de Musavi, estaban ahí en el pavimento, parados junto a esos escalofriantes 100 metros de tierra de nadie, a un lado de mujeres de chador que llevaban la bandera iraní, el símbolo de patriotismo de Ahmadinejad. Incluso charlaban sobre el resultado que podría tener esta temible confrontación entre los dos bandos.

Era una narrativa distinta a la que se experimentó tres horas antes cuando hombres y mujeres partidarias de Ahmadinejad realizaron su propia manifestación en la plaza Val-y-Asr. No se dijo ahí ni una palabra de la masiva marcha opositora del lunes, ni de otras movilizaciones en Shiraz, Mashad, Babol y Tabriz. De hecho, la mayoría de los iraníes no tienene idea de dichos actos: los censores de Ahmadinejad se encargaron de ello.

Las pancartas en la manifestación en favor del presidente fueron predecibles: "“Muerte al traidor”" –Musavi, desde luego, es el "“traidor de la república”". "“Muerte a cualquiera que se oponga al líder supremo”", lo cual suena un tanto extraño pues ni Musavi ni millones de seguidores están en contra del ayatola Jamanei (si bien se sabe que hay antipatía entre ambos); es hacia Ahmadinejad que los opositores tienen odio visceral y a quien están tratando de derrocar.

El ex vocero del Parlamento Gholamali Haddadadel, el orador del mitin de apoyo al presidente, fue quien halló el punto débil en los argumentos de Musavi y lo expresó ante una multitud que no podía constar de más de 5 mil personas.

"“¿Sabe Musavi cuánta gente votó por Ahmadinejad en las áreas rurales y los poblados?”", preguntó. “Irán no sólo es Teherán. Sabemos que el señor Musavi obtuvo 13 millones de votos, pero el señor Ahmadinejad ganó 24 millones.

Más manifestaciones. Miles de manifestantes recorren las calles de Teherán en apoyo a Musaví. FRANCE PRES - 2009-06-16.

Desde luego, son precisamente esos cálculos que Musavi y sus aliados disputan. Los sayads (título honorífico dentro del clero musulmán, N de la T) y sacerdotes hablaron ante la pequeña multitud mientras sus guardaespaldas –e incluso había paramédicos– los vigilaban de cerca. También fungió como orador un famoso cantante religioso ante un público envuelto en la bandera nacional.

Fue cuando me dirigía a Va-y-Asr que noté un camión de redilas cargado de hombres; todos ellos vestidos con pantalones de camuflaje y camisas blancas, que llevaban cachiporras y se dirigían al norte de Teherán. Eran seguidos por envalentonados manifestantes islamitas, listos para caminar más de cinco kilómetros hacia Vanak.

Dos conscriptos estaban entre los simpatizantes de Musavi cuando un anciano se acercó a pedirles consejo: Si los basijis penetraban el cordón policial, ¿debía quedarse? "“Los basijis golpean a la gente duro... muy duro”", respondió uno de los policías, quien dio unas palmaditas en el hombro al anciano y sacudió la cabeza.

© The Independent 

Traducción: Gabriela Fonseca


Teherán, 17 de junio. Estaban repartiendo fotocopias por miles bajo los árboles sembrados en el centro del bulevar, simples hojas de papel que eran tomadas por los simpatizantes de la oposición que hoy se vistieron de negro en señal de luto por los ya 15 iraníes que han sido asesinados en Teherán y por los quién sabe cuántos que deben haber corrido la misma suerte en el resto del país, desde que se dieron los resultados electorales según los cuales Mahmud Ahmadinejad, con más de 24 millones de votos, volverá a la presidencia del país. Pero para decenas de miles que hoy marcaron su quinto día de protestas, y para el héroe de la campaña electoral, Mirhosein Musavi, que oficialmente obtuvo 13 millones de votos, esas fotocopias irradiaban algo fundamental.

Se comenta por sí sola.

Cada hoja parecía ser una genuina pero confidencial carta del ministro iraní del Interior, Sadeq Mahsuli, al líder supremo iraní, ayatola Ali Jamanei, escrita el sábado 13 de junio, el día después de las elecciones que dieron a Musavi y a su aliado, Mehdi Karroubi, mayorías contundentes en los resultados finales. En una sociedad altamente desarrollada como la iraní, la falsificación es tan eficiente como en cualquier lugar de Occidente y había razones para desconfiar del documento. Pero según éste, los votos obtenidos por Musavi y Karroubi estaban divididos de manera tal que hubiera sido forzosa una segunda vuelta; difícilmente algo que los partidarios de Musavi desearían.

Con el encabezado dirigido a "la atención del líder supremo", se hace notar que "en cuanto a sus preocupaciones por la décima elección presidencial" y "ante las órdenes de usted de que el señor Ahmadinejad fuera elegido presidente", continúa, "le informaré de los resultados obtenidos". Según la carta, Musavi tuvo 19 millones 75 mil 632 votos, Karroubi 13 millones 387 mil y Ahmadinejad sólo 5 millones 698 mil 417.

¿Puede ser falsa esta carta? Aun si Musavi obtuvo tantos votos, ¿cómo habría podido el descolorido Karroubi quedar sólo 6 millones de votos abajo de él? Por increíble que sea el resultado de 63 por ciento declarado oficialmente en favor de Ahmadinejad, ¿es posible que este hombre con inmenso apoyo entre los iraníes pobres obtuviera apenas 5 millones y medio? ¿Es creíble que una carta de tan esencial importancia esté firmada sólo "de parte del ministro"?

La carta bien podría unirse a los miles de documentos, reales y falsificados que han sido clave en la historia reciente de Irán. Entre éstos son memorables los pasaportes irlandeses con los que los señores Robert McFarlane y Oliver North viajaron a Irán por encargo del gobierno estadunidense en 1986 para ofrecer misiles a cambio de rehenes. Los pasaportes eran reales y robados, pero las identidades que constaban en cada uno de ellos eran falsas.

Manifestaciones en Teherán.Los partidarios de Musavi se han lanzado a las calles de Teherán para pedir la anulación de las elecciones. En la imagen manifestantes auxilian a un policía herido en los choques.AFP - 2009-06-16.

Los incondicionales de Ahmadinejad sin duda achacarán la "carta" a "extranjeros". Pero su efecto electrizante en los partidarios de Musavi sólo servirá para transformar en absoluta convicción lo que hasta hoy fue sospecha de que su líder fue deliberadamente privado de la presidencia. Marjane Satrapi, la aclamada escritora y directora ganadora del Oscar por la película animada Persépolis, blandía en Bruselas el mismo documento.

En Teherán deben haber sido 5 mil o 6 mil los iraníes vestidos de negro y que llevaban el tóxico documento en sus manos. Aunque eran menos que el millón que participó en la marcha del lunes y apenas la quinta parte de los que se reunieron hoy en la plaza Azadi, en el centro de la capital. Pero su entusiasmo por mantener la protesta –encabezada el jueves por por 100 o más motociclistas– fue cruelmente tratado por organizadores, quienes no tenían claro si debían dirigir a la multitud hacia el centro capitalino o llegar hasta Azadi. Muchas veces, los manifestantes se quedaron parados por más de un cuarto de hora en el calor mientras los organizadores discutían la ruta. Ésta no es forma de derrocar a un gobierno.

Fue significativo, no obstante, que una vez más las fuerzas de seguridad optaron por no enfrentarse con los partidarios de Musavi. Los conscriptos del ejército llevaban chalecos amarillo brillante y tenían las manos entrelazadas a la espalda –no blandían bastones– y estaban formados los primeros kilómetros del camino, pero después decidieron abandonar a los manifestantes. Esto ocurrió a menos de 24 horas de una peligrosa confrontación entre dos concentraciones antagonistas de simpatizantes de Musavi y de Ahmadinejad, que juntas llegaban a 20 mil personas; congregadas en la plaza Vanak la noche del martes. Ahí, las fuerzas especiales iraníes, formadas por la policía paramilitar, protegieron a hombres y mujeres que apoyan a Musavi de la milicia oficial Basiji. Aunque algunos civiles resultaron heridos más tarde en peleas callejeras, los policías trajeron refuerzos para impedir que los basijis y miles de simpatizantes de Ahmadinejad penetraran en el norte de Teherán.

Piedras.Un manifestante lanza una piedra contra la policia en Teherán durante las protestas a favor de Musavi.AFP - 2009-06-16.

Claramente, Musavi estaba detrás de la desangelada manifestación del miércoles, pues lanzó una convocatoria en la que condenó el asesinato de siete hombres en el dormitorio de la Universidad de Teherán, el pasado domingo, a lo que agregó que la noche del domingo "hombres y mujeres jóvenes fueron golpeados y hubo muertos en la plaza Azadi". Dijo solidarizarse con aquellos a los que llamó "mártires" y urgió a todos los iraníes a enviar su pésame a los familiares de los muertos.

Los muy dudosos resultados electorales, sin embargo, están causando preocupación no sólo en los millones que votaron por Musavi. Cincuenta y dos legisladores han cuestionado por qué el ministro del Interior no fue capaz de impedir la intimidación y violencia poselectoral. El Parlamento iraní exigió una investigación de los hechos en cuanto al vandalismo perpetrado en la propiedad de la Universidad de Teherán.

Ali Akbar Mohtashemi, miembro de la Asamblea de Clérigos Combativos –una figura importante que fundó la Guardia Revolucionaria Iraní y los envió a Líbano cuando él fungió como embajador iraní en Damasco–, ha demandado un comité que investigue los resultados electorales formado por clérigos de alto nivel, legisladores, miembros del cuerpo jurídico, del Consejo de Guardianes y funcionarios del Ministerio del Interior.

Retratos de Musavi.Una manifestante, con fotografías y carteles del candidato Musavi.

Pero la supresión de la libre expresión, que exigen los leales a Musavi, continúa insistentemente. Este miércoles por la mañana fue arrestado un estudiante que hace su doctorado en Oxford, Se trata de Mohamed Reza Jaleopour, hijo de un profesor de la Universidad de Teherán, quien fue apresado en el aeropuerto capitalino. Asimismo, el periódico Palabra Verde, de apoyo a Musavi, fue cerrado.

En lo que concierne a Musavi, parece ser que "una vez que los yugos mentales del miedo han sido rotos", son difíciles de imponer nuevamente. Pero los gobiernos revolucionarios son criaturas duras como el acero y tienen garras afiladas; el régimen de Ahmadinejad no está al borde del colapso.

Reporte al líder supremo

“Salaam Aleikum. En lo referente a sus preocupaciones por la décima elección presidencial y en atención a sus órdenes de que el señor Ahmadinejad fuera electo presidente, en estos tiempos difíciles, el tema se organizó de manera tal que los resultados de los comicios fueran acordes con la revolución y el sistema islámico. Los siguientes resultados serán difundidos para el pueblo y debe planearse lo necesario para cualquier posible acción de la oposición, además de que todos los líderes partidistas y candidatos electorales serán colocados bajo estricta vigilancia.

"Para su información, le transmito que los resultados reales son los siguientes: Mirhosein Musavi: 19 millones 75 mil 623; Mehdi Karroubi: 13 millones 387 mil 104; Mahmoud Ahmadinejad: 5 millones 698 mil 417; Mohsen Rezai: 38 mil 716" (firmado de parte del ministro).

Día 5 en la crisis de Irán

Futbol político. Que Irán calificara para la Copa Mundial en su partido contra Corea del Sur, jugado en Seúl el miércoles, tomó un sabor decididamente político. Al menos cinco jugadores de la selección iraní llevaban cintas verdes en los brazos o muñecas –el accesorio por excelencia de los simpatizantes de Musavi en las calles de Teherán– en aparente protesta por las disputadas elecciones de su país.

Pero en el medio tiempo, algunos jugadores se quitaron los brazaletes, lo que provocó que se especulara que su entrenador se los exigió. El capitán del equipo, Mehdi Mahdavikia, desafió, al parecer, las órdenes que se le dieron a la formación al gritar, para deleite de los fanáticos que agitaban banderas, "Libertad para Irán", para después corear: "Vete al diablo, dictador". El juego termino con empate a uno.

Embajadores regañados

Las relaciones diplomáticas se tensaban luego de que Teherán convocó a un grupo de embajadores occidentales par quejarse de su interferencia. Según la televisión iraní estatal, el gobierno acusó a Washington de una "intolerable" intromisión en asuntos internos, con lo que por primera vez se culpó a Estados Unidos por tomar parte en la crisis pos electoral.

El presidente estadunidense, Barack Obama, se esforzó en señalar la escasa diferencia que existe entre Ahmadinejad y Musavi. "De cualquier forma vamos a estar ante un régimen iraní que ha sido históricamente hostil hacia Estados Unidos", dijo. El embajador británico fue fustigado por recientes comentarios del primer ministro, Gordon Brown y el ministro para Asuntos Exteriores David Miliband, así como de la cobertura que la BBC ha dado a la crisis. Francia, Alemania e Italia también fueron regañados.

Personas desaparecidas

La Campaña Internacional para los Derechos Humanos en Irán reportó que varias figuras notables han sido arrestadas y se desconoce su paradero. Estas incluyen a Saeed Hajarian, quien fue asesor del presidente Mohammed Jatami y padece lesiones cerebrales y en la columna tras un intento de asesinato hace nueve años, por lo que requiere de constante atención médica.

También fue arrestado Mohammed Ali Abtahi, el principal asesor de Mehdi Karroubi, quien obtuvo el tercer lugar n las elecciones según los resultados oficiales. Mohamed Reza Jalepour, hijo de un profesor universitario reformista fue detenido en el aeropuerto de Teherán cuando se disponía a viajar a Inglaterra a estudiar su doctorado en Oxford.

Rencillas al interior del régimen islámico

Trascendió que la hija de Hashemi Rafsanjani, jefe de la influyente Asamblea de Expertos, cuerpo que tiene la facultad de despedir al líder supremo, asistió a la manifestación opositora del martes. La demostración pública de apoyo a Musavi por parte de Faezeh Rafsanjani, quien además desafió la prohibición del Ministerio del Interior de llevar a cabo las movilizaciones, fue interpretada como un signo de rencillas en la cúpula de la república islámica.

Mientras tanto, Musavi declaró hoy un día de luto y urgió a los iraníes a reunirse pacíficamente en mezquitas o en las calles. "Un número de nuestros compatriotas resultó herido y martirizado", dijo en su sitio web. "Pido a la gente exprese solidaridad a sus familias".

Bloggeros amenazados

La Guardia Revolucionaria de Irán, la más poderosa fuerza militar del país, hizo su primer pronunciamiento ante la crisis poselectoral, al advertirle a los bloggeros del país asiático que retiren de la red cualquier material que ayude a "crear tensión", bajo amenaza de enfrentar acciones legales. Esto marcó una escalada en la censura a la información.

Sin embargo, imágenes y actualizaciones detalladas siguieron filtrándose a comunidades cibernéticas como Twitter, si bien la información proveniente directamente de Irán se sintió menos frecuente que en días pasados.

© The Independent.

Traducción: Gabriela Fonseca.
Fotografías El País.



No hay comentarios: