15 noviembre, 2008

Los vecinos de Lomas de Poleo (México).

Fran Sevilla (magnífico corresponsal de Radio Nacional de España en Latinoamérica) nos ha dado a conocer la lucha de los vecinos de Lomas de Poleo, cerca de Ciudad juarez, en el norte de México. Leed la entrada que ha escrito Fran Sevilla en su blog sobre esta gente y su dificil situación:


La primera vez que oí hablar de Lomas de Poleo fue en Ciudad Juárez, cuando la madre de una adolescente me contó cómo habían encontrado a su hija, medio desnuda, violada, torturada y asesinada, y cuyo cadáver habían arrojado cerca de ese lugar inhóspito y semidesértico. Una víctima más del feminicidio. Lomas de Poleo quedó grabado en mi memoria como un rincón perdido del mundo, arrinconado en una frontera lejana y dura.



Lomas de Poleo vuelve hoy a mi memoria. Allí un grupo de familias lucha contra la injusticia, contra la impunidad y contra el desprecio de los poderosos. Es una de esas historias de gente olvidada, ocultada, abandonada a su suerte que suele ser la suerte que imponen los que no tienen la razón pero si el dinero, el poder y las armas.



Lomas de Poleo es un rincón a 20 minutos de Ciudad Juárez en el que hace tres décadas un grupo de familias pobres y explotadas se instaló en terrenos que supuestamente pertenecían al Estado. No había nada, salvo desierto y silencio. Poco a poco fueron creando un asentamiento medianamente habitable, abriendo caminos, construyendo viviendas, localizando pozos de agua. Desde hace unos años una de las familias más ricas de Ciudad Juárez reclama como propios esos terrenos. La propiedad de la tierra está en litigio, en manos de los tribunales. Pero Justicia y México son dos conceptos a menudo antagónicos.


No existe aún ningún dictamen judicial. Pero la familia que ahora reclama como propio Lomas de Poleo, empresarios de millonarios recursos, inició hace años un hostigamiento al más puro estilo mafioso. Amparada en la aquiescencia, en la complicidad de las autoridades locales, respaldada por un ejército particular, a veces también por el ejército mexicano, esos empresarios acordonaron con alambradas la zona, encerrando a sus habitantes en una especie de campo de concentración, e iniciaron una guerra para expulsar a las familias que viven desde hace más de treinta años en la zona.

Los métodos son muy antiguos: incendian las casas, matan al ganado, amenazan a las familias, impiden sus movimientos, acorralan a los seres humanos como si fueran bestias, peor incluso. Su ejército de sicarios no se detiene ante nada ni ante nadie.Parece evidente que no es ajeno a esta cacería humana el hecho de que en esa zona, en la frontera entre México y Estados Unidos, se haya decidido crear una especie de polo de desarrollo que es lo menos parecido al desarrollo: el territorio de las maquilas, las empresas que se instalan en el lado pobre de la frontera para explotar la mano de obra barata, sabiendo que el único derecho que asiste a las personas es el de guardar silencio o arriesgarse a ser silenciadas.


Es cierto que es un lugar lejano, perdido. Es cierto que es un problema que nos resulta ajeno, distante. Es cierto que no estará presente en la reunión del G-20 en Washington ni parece afectar a la crisis financiera internacional. Pero es cierto también que Lomas de Poleo es uno de esos ejemplos de un mundo injusto y salvaje y que si queremos cambiarlo hay que hacerlo desde abajo, desde esos rincones perdidos en los que se concentra toda la sinrazón y la inhumanidad de quienes imponen un modelo de capitalismo salvaje. Se pueden hacer cosas. Hay iniciativas en marcha, empezando por reclamar a las autoridades mexicanas, últimas responsables de lo que ocurre a sus ciudadanos, que dejen de amparar la impunidad y la injusticia. Basta con teclear “Lomas de Poleo” en cualquier buscador de Internet y apuntarse a esas iniciativas. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados, aunque no esté en la agenda del G-20?



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