Me gusta mucho el séptimo arte, como todo el arte en general, aunque Fernando Fernán Gómez no estuviera muy seguro de que el cine lo fuera realmente -por cierto, que grande el viejo gruñón, en su ataúd y arropado por la bandera roja y negra libertaria. Una razón más para admirarlo y quererlo-. Pues bien, siempre hay algún zangüango metido a "creador" que hace cosas para que lo podamos llegar a aborrecer. Son ese tipo de personajes que se creen más grandes que nadie, que el arte que practican no volverá a ser lo mismo tras su "buenhacer", pero en realidad lo que nos regalan son pestiños infumables. Como ejemplo Lars Von Trier, un guacho raro, raro, que ha perpetrado cosas como "Dogville" o "Dancing in the dark", esta última protagonizada -para más inri- por la cantante islandesa Bjork (otra mangurriana que tal baila). Como siempre, gracias a Jaoquín Reyes.
1 comentario:
Vaya zanguango el von Trier ese. Por cierto, me alegra saber que alguien tan respetable como Fernán Gómez dudara de que el cine fuera un arte, puesto que yo opino lo mismo y siempre me ponen de inculto por ello.
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