Una noche, hace poco tiempo, escuché una canción que me emocionó por lo sencillo de su melodía, lo tierno y a la vez amargo de su letra. Es una canción de Javier Bergia.
Quieras o no quieras recordar
algo de aquellos días de asueto,
cuando el tiempo era más ancho
y aún quedaba primavera,
cuando quise regalarte unos zapatos.
Aún oigo la luz de la farola
que alumbraba el patio de tu casa,
donde un día de noviembre
te conté que te quería,
ahora el P.S.O.E. tiena alli unas oficinas.
Que hay de aquel amor
que nos señaló
ya no queda ni la sombra.
Que será de tí,
donde fuiste a dar,
aún te queda alguna peca.
Creo que aún te gusta navegar
con tu barca de papel ALBAL
y aunque fuiste soñadora,
ahora te has hecho señora
de un pirata que te tiene prisionera.
Al colegio te iba yo a buscar,
con el corazón en un pañuelo
y de aquellos años verdes solo queda
un leve aroma de una carta
y un helado de vainilla.
Que hay de aquel amor
que nos señaló,
ya no queda ni la sombra.
Que será de tí,
donde fuiste a dar,
aún te queda alguna peca.
4 comentarios:
Que bonita letra, cuántas personas hemos amado y ya no están. Queda algún pensamiento en el aire, un hueco en el corazón y alguna lágrima de algo que no pudo ser.
La vida es así, desprendimiento de personas que van pasando y se van de tu lado, aunque quisieras retenerlas.
Cuánta nostalgia... A veces me pregunto que sustancia segrega el cerebro cuando recordamos momentos pasados que nos produce esa sensación tan extraña. Por cierto que gracias a tu vídeo le he puesto cara a Bergia.
Gracias por vuestros comentarios. Que personas a las que queremos dejen de estar en nuestras vidas es inevitable. Las que quedan son las que nunca fallan, las que sabes que acudirán. Somos los hermanos que nos elegimos, ¿verdad Guirlache?
Verdad Armand, y me considero muy afortunado por ello.
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