12 agosto, 2008

"Pulse", de Pink Floyd (1994).


Escribo estas lineas mientras escucho el "Shine on you crazy diamond" que se incluye en este doble CD de Pink Floyd. Es un directo editado en 1994, tras la gira de presentación del que, hasta el momento, ha sido el último trabajo de estudio de la banda británica, titulado "The Division Bell". Escucho este disco muy a menudo, y lo veo, pues también lo tengo en DVD. Pero especialmente esta versión del "Shine on you..." me hipnotiza, me reconcilia con la música. Me produce unas ganas tremendas de salir ahora, que son las seis y media de la mañana, a pasear, a ver a la gente ir a sus trabajos, o volver de ellos. Me dan ganas de ir andando hasta las lagunas cercanas a mi casa con una manta y mi MP3, para tenderme y disfrutar a la sombra de una chopera del frescor de la mañana. Olvidarme de los dilemas que me depara el futuro y pensar que todo será para bien, que la decisión que tome será la acertada. Recordar los buenos momentos pasados con gente a la que hace tiempo que no veo...pero bueno, estamos hablando de Pink Floyd. ¡Ah, sí! Es el mejor grupo de rock de la historia. ¿Por qué? Porque partiendo del rock, lo traspasan, lo convierten en una música atemporal, majestuosa, contenida y exuberante al mismo tiempo, dada a la introspección y a la expansión. Relaja e inquieta, dejándome pensativo, con la sensación de que lo que he escuchado no termina cuando le he dado al stop, sino que continúa dentro de mí, en cada visión que me trae el día, en cada sonido, en la rosada de las mañanas de invierno, en el volar de una falda en un día de viento, en el color de tu voz, ¿por qué no?
El video que os dejo aquí es el inicio del concierto. No abarca la canción entera, pero es suficente para haceros una idea.


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